martes, 24 de mayo de 2022

La selva y sus ojos

Recobré la conciencia al son de los monos aullando,
En medio de la selva con media luna en el cielo,

Estabamos los dos sentados con una luz irradiante,
olvidaba que la media noche podía vestirse de medio día,
un ligero olor a veneno tan característico del alcohol se desprendía,
y sin saber cuando esto que parecía un sueño se detendría.

Los estruendos nocturnos palidecían frente al sonar de una dulce melodía,
cargada exigencias llenas de preguntas sin resolver,
Contando historias donde nadie mentía,
y compartiendo lo que los años no nos iban a devolver.

La misma noche desprendía de sus cabellos,
Dos astros como lunas en su semblante,
y sus uñas pintadas como destellos,
y sus incandescentes ojos pardo oscuros iluminando los alrededores.

Me percaté de la acción involuntaria en mi mano,
y con todos mis esfuerzos intenté detenerme,
pero la pluma danzaba alegre con las palabras de su boca,
despertando al escritor que casi siempre duerme.

Derrepenté abrí los ojos y vi en el ascender de mi aliento,
reflejado por medio de la iluminación publica,
en lo alto de la noche ni una sola estrella,
desorientado emprendí camino.

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