-¿Que deseas joven? Me dijo.
-Vino, quiero una copa de vino, voy a embriagar mi alma. ¿Que espíritus tiene?
-Todos los que usted puede conocer joven.
¿Es cierto? ¿Los tenia todos? No podía ser posible.
-Quiero su favorito.
-¿Hace cuanto llegaste a este mundo amigo? Me pregunto el cantinero.
-No estoy seguro, pero de la forma que esta pasando el tiempo, digamos que dos años.
-Es un mundo cruel, como ningún otro.
Puso una copa de vino sobre la barra y lentamente sirvió la mejor simulación del color sangre que yo había podido presenciar en toda mi vida. Luego se volteo y se fue. De nuevo solo. Lentamente me tomé la copa de vino. Deje el pago de la copa en la barra y lentamente me encaminé hacia la salida. Cuando abrí la puerta me percaté que estaba lloviendo. Que buena suerte, pensé para mis adentros. Y con mi gabardina lentamente comencé a caminar por la lluvia. No era como la lluvia de antes. El estar mojado ya no era lo mismo, ya nada era lo mismo. Cerré los ojos bajo la lluvia y desee que todo fuese un sueño, lo deseaba tan desesperadamente, no podía existir peor realidad que esta. Cuando los abrí estaba totalmente rodeado de neblina. Murmuré una risa, de nuevo estoy ciego. Y emprendí camino en la oscuridad de la niebla gris que me rodeaba. La seguridad tomó mi persona, camine hasta llegar a unas largas barras. Las grandes rejas del cielo y del infierno, las puertas de la perdición, las aberturas de la salvación. Las agarre con mis manos y trate abrirlas, pero no funcionó. Las golpee con mis manos desnudas pero fue inútil. Grite desesperadamente y la noche fue invadida por el eco de mis gritos desesperados. En la distancia podía escuchar a los cuervos burlándose de mis llantos. Riéndose de mi desespero. No importaba como, pero yo debía entrar. Me vi obligado a saltar la reja, y lo hice. Caí sobre una tierra casi árida. Podía sentir la arena con mis manos. Y pensar que cuando llegue todavía habían pequeños pedazos de un hermoso prado. La neblina se disperso y por segundos pude ver una vez mas un hermoso parque. Parecía un espejismo. La tierra se rejuveneció y una hermosa flora apareció en este. Grandes arboles, bellas plantas de todos los colores. Oi el canto de las aves en el cielo, su milagroso canto por encima de mi cabeza. Una vez mas creí haberle encontrado a mi vida una razón. Oh, bella salvación. Por fin se había cumplido uno de mis muchos deseos y frente a mi, en la distancia, se encontraba ella. Me estaba esperando con los brazos abiertos. Era imposible que todo sucediera de una forma tan fácil, y lo fue. Mis pies empezaron a correr, ni me imagino la expresión en mi cara. Llegue donde ella se encontraba, de hecho si era ella, podía sentir su cuerpo con mis brazos. Tuve unos segundos de gloria por que luego el viento la descompuso y se la llevo y encontré mis manos llenas de arena. Pude ver como una lagrima se escapo de mis ojos y caía en mis manos. Una vez mas de rodillas en el piso, miserable. Cerré los ojos durante unos segundos y cuando los abrí me encontraba dentro de un lugar lleno de lapidas. ¿Un cementerio? ¡Por que estoy en un cementerio! Comencé a implorar que no fuera cierto mientras de mi cara caían miles de lagrimas. Me agarré de una superficie que estaba frente a mi. No sabía que era hasta que abrí los ojos. Era una tumba. ¿Podía ser la de ella? No, mire la inscripción.No, no, no puede ser. ¡NO!

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